martes, 25 de octubre de 2016

Y de repente, encontrarse a uno mismo


21:17 horas. Un largo día. Atravieso el umbral. Cojo las escaleras. Espera. Hay que mirar el buzón. Ahí está. Otro paquete más. Lo coloco bajo el brazo y subo las escaleras. ¿Por qué nunca utilizo el ascensor? A cada giro de la llave un respiro de alivio. Dejo todos los bártulos y me pongo cómodo. Afuera sigue lloviendo. Huele a otoño. Fresco y húmedo. El cubito de hielo tintinea cuando cae en el vaso. Derramo un generoso trago de vermú y unas aceitunas. Me encanta el primer mordisco, cuando el alcohol y las yerbas las empapan, y el sabor a vinagre pasa a ser dulce y chispeante. Enciendo la lámpara de pie y dejo caer mi peso sobre el sofá. Milrazones. ¿Por qué le habrá dado al bueno de Jesús esta vez? Encontramos un sombrero. Jon Klassen. El tercer libro que cierra su trilogía dedicada a esos objetos que coronan el perchero. Dos tortugas. Un sombrero que equilibra la balanza. Color de fondo degradado. Sobriedad. Me invita a entrar con un halo de misterio. ¿Primera parte? ¿De qué va esto? Un desierto en el que se respira calma y sofoco, y dos tortugas que se encuentran un sombrero en mitad de la nada. Juegan con él, se lo prueban alternativamente. Pero sólo hay uno. Imposible compartir un sombrero entre dos cabezas. Deciden dejarlo donde está. 


Segunda parte. Yo los hubiese llamado “actos”: no son tortugas, son grandes intérpretes. Algo va mal... Me río a carcajada limpia. Sopeso la forma de leérselo a mis alumnos de Bachillerato. Algo va a peor. Tercera parte. Las estrellas brillan en el firmamento. Cierro el libro. Sonrío. La dicha, el triunfo o la pena me llenan. Es una extraña sensación. No es el libro. Soy yo. Pienso en lo extrañas que somos las personas, en porqué me gustan tanto los seres humanos, en la dicotomía de nuestra naturaleza, en el ruido que no nos deja creer en los demás, que no nos deja ser nosotros mismos. Me pregunto sobre la causa y el efecto. Sobre lo instintivo y lo social. Es un cosquilleo raro. Pero me gusta. Quiere decir que estoy en el mundo. Hoy es un gran día gracias a un gran libro, a uno de los mejores libros de este año. Cojo un sombrero y me miro al espejo. Me gustaría soñar con él puesto. Tener alguien a mi lado con quien compartirlo.


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