viernes, 18 de junio de 2010

Flores que caen


Enlutadas palabras plañen sobre el féretro de hoy, más debieran ser alegres en vez de gemir un triste son; así lo merece el muerto, así.
Hoy ha muerto Saramago. Y siempre que muere un reguero de tinta, un pétalo cae de esta, mi flor, regada cada día para que las palabras nos recuerden que la imaginación del hombre ondeará sobre todas las cosas, sobre todas las flores…
* * *
[…]
Baja el niño la montaña,
Atraviesa el mundo todo,
Llega al gran río Nilo,
En el hueco de las manos recoge
Cuanta agua le cabía.
Vuelve a atravesar el mundo
Por la pendiente se arrastra,
Tres gotas que llegaron,
Se las bebió la flor sedienta.
Veinte veces de aquí allí,
Cien mil viajes a la Luna,
La sangre en los pies descalzos,
Pero la flor erguida
Ya daba perfume al aire,
Y como si fuese un roble
Ponía sombra en el suelo.
[…]

José Saramago.
La flor más grande del mundo.
Ilustraciones de Joao Caetano.
2007. Madrid: Alfaguara.

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